Sí, es placentero. Pero, por increíble que parezca, el único origen evolutivo que la ciencia ha encontrado en este comportamiento está en la sincronía. Los gemidos de placer, sin embargo, también son la mejor muestra de cómo una chica puede consentir a su pareja.
Dos estudios dan luz sobre este agradable comportamiento cuyo nombre científico es “vocalizaciones coitales”. En el primero, puede observarse que hay algo de “animal” detrás de los gemidos.
Un estudio confirmó que 86 % de las hembras chimpancés gimendurante el sexo para ayudar a sus parejas a lograr el clímax. Sin estos sonidos, los machos nunca eyacularían, concluye el estudio.
Esta investigación ha sido reforzada por otras en el campo zootécnico Las babuinas, por ejemplo, tienen una variedad de llamados de copulación relacionados con su fertilidad.
“Las vocalizaciones tienden a ser más complejas cuando las hembras se encuentran cerca de la ovulación, y también varían cuando una hembra se aparea con un macho de mayor rango. Y las macacos hembras gritan para ayudar a que sus parejas lleguen al orgasmo”.
Mientras estas son las causas animales, incluso salvajes, hay un estudio relacionado más con lo que conscientemente deciden las mujeres al momento de tener sexo y emitir gemidos, o como dirían los científicos, “vocalizaciones coitales”.
Un estudio efectuado en conjunto por las universidades inglesas Central Lancashire y Leeds, con 71 mujeres sexualmente activas entre los 18 y 48 años, encontró que 66 % dijo hacer ruido para acelerar el clímaxde su pareja, un 87 % admitió hacerlo para subir la autoestima de los hombres durante el sexo y un 25 % respondió que la mayoría de las veces gimen cuando no han llegado al clímax.
Otros datos del estudio revelados fueron que las mujeres suelen hacer más ruido en los minutos previos a la eyaculación masculina, y simultáneamente a esta. También utilizan los gemidos como una manera de liberar el estrés, para quitarse el aburrimiento en el coito, simular que alcanzan el orgasmo al mismo tiempo e incluso para expresar incomodidad durante el acto.
El educador sexual Logan Levkoff considera que este estudio demuestra que “las mujeres entienden que gemir durante el sexo es un gran estimulante para los hombres, y muchas lo disfrutan simplemente al saber que se han esforzado más allá de lo que les sale naturalmente”.
Gemir durante el sexo, sin embargo, no es puramente una escena teatral, muchas mujeres incrementan su propio placer sexual vocalizando y también les sirve de “timón” para llevar a su pareja a que haga lo que ellas necesitan para alcanzar un orgasmo, agregó.
Los autores del estudio, Gayle Brewer, de la Universidad of Central Lancashire, y Colin Hendrie, de la de Leeds, consideran que papel de las vocalizaciones copulatorias sigue siendo un enigma. Normalmente, dichas vocalizaciones se emiten durante el inicio, la copulación o tras alcanzar el coito.
El papel de las mismas es enigmático. Sin embargo, sus efectos son múltiples y pueden incluir la sincronización del orgasmo femenino y masculino o el fortalecimiento de la pareja.
Uno de los aspectos que destacan los investigadores es que «los orgasmos femeninos fueron más frecuentes durante la automasturbación del clítoris o con las caricias de la pareja, así como durante el sexo oral, que durante la penetración vaginal».
Hay varios trabajos que han examinado los efectos fisiológicos y psicológicos del orgasmo femenino, pero hay muy pocos estudios sobre la vocalización copulatoria. Los datos muestras que todas ellas realizaban gemidos y por lo menos algunos de ellos bajo un control consciente. El 100% de la muestra había experimentado orgasmos.
Sin embargo, los más frecuentes se producían en otros momentos de la relación, no con la penetración vaginal, lo que indica que la estimulación del clítoris es primordial en este contexto», insisten los autores de la investigación.
Muchas mujeres han indicado que también gimen o gritan para complacer a su pareja. De hecho, según varios estudios, las chicas están más propensas a fingir gemidos, jadeos o gritos de placer con tal de excitar más a la pareja, inclusive si la relación sexual es mala, pues acelera la eyaculación y el orgasmo masculino.
Combinando los resultados de los dos estudios puede concluirse, sin temor a estar muy errados, que los gemidos femeninos tiene mucho que ver con la buena comunicación y el sincronismo de la pareja, algo tan salvaje como animal.
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